Es un mundo fascinante. Cuando pasas a la sala de grabación no sabes a quién vas a poner voz. Es mágico, cuando quieres darte cuenta estás tan metida en el personaje de la pantalla que llegas a olvidar quién eres. Es un trabajo difícil, requiere mucha concentración, pero es muy divertido y lo que no sabía cuando empecé, es que esta bonita profesión me traería a algunas personas muy bellas que ahora son mis inseparables amig@s.